«Rescatan» inmueble para inversión inmobiliaria

*Las servidoras públicas no han tenido la vocación humana de ofrecer un trato digno y respetuoso.
* “De pinches putas, no nos bajó la tira durante el operativo”


Redacción de la Agencia Independiente de Noticias Noti-Calle, México, D.F., 25 de mayo de 2011.– Lejos de aplaudir el operativo que la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) llevó a cabo en el callejón de Manzanares el sábado 21 de mayo a las 23:30 horas, condenamos la violencia policíaca y el trato discriminatorio de que fueron objeto las trabajadoras sexuales que laboraban en dicho lugar, señaló Jaime Montejo, integrante de Brigada Callejera de Apoyo a la Mujer “Elisa Martínez”, organización dedicada a la defensa de los derechos humanos de dicho sector de la ciudadanía.

“Las compañeras fueron subidas a la fuerza, a empujones y a la voz de pinches putas sáquense a la goma. Las que se estaban ocupando en el cuarto con sus clientes, fueron obligadas a salir sin ropa o en paños menores”, denunció Amanda, quién además indicó que ese tipo de espectáculo, ensucia nuestro trabajo y degrada nuestra dignidad”.

“No todas las trabajadoras sexuales tenemos 13 años ni trabajamos para un padrote, la mayoría tenemos hijos que mantener y un trabajo qué defender”, reveló Azucena, con una trayectoria de siete años ejerciendo el trabajo sexual por necesidad y no para mantener a ningún vividor.

“Es increíble que el procurador diga que rescató a 62 compañeras, cuando según él, sólo 7 se declararon víctimas de trata o explotación sexual”, aclaró Magdalena, quien fue reclutada hace 3 años por un padrote de Tenancingo, Tlaxcala, y actualmente trabaja para mantener a sus 4 hijos y abuela.

“Dicen esos culeros que las otras 55 trabajadoras sexuales no denunciaron a nadie por temor a represalias de los padrotes o porque vivimos engañándonos a nosotras mismas; pero lo cierto es que la mayoría salimos adelante con nuestra familia, gracias al dinero que ganamos con nuestro trabajo”, añadió Maricela.

“No vemos señales claras de una lucha contra la trata de personas con fines de explotación sexual que respete la dignidad de las presuntas víctimas del delito que fueron objeto de violencia policíaca sexista y discriminadora”, declaró Jaime Montejo, integrante de Brigada Callejera.

“Lo que hemos observado durante la jefatura del Gobierno del Distrito federal (GDF) de Marcelo Ebrard, es la más descarada simulación, donde en aras de combatir la trata de personas y el lenocinio, se implementa una violenta limpieza social contra mujeres, acompañada de un gran desprecio hacia ellas por trabajar en el sexo. Simulación que le abre el paso al rescate de hoteles y vecindarios, que garanticen una próspera inversión inmobiliaria, donde están las verdaderas causas de la criminalización de las trabajadoras sexuales del centro histórico del Distrito Federal” comentó Elvira Madrid.

“A más de 60 años de que el gobierno mexicano firmara y ratificara la Convención contra la trata de blancas y la explotación de la prostitución ajena, no hay muestras claras de lucha contra dichos delitos y sus causas sociales. El asunto es que la lucha contra la trata de personas, sólo han servido como pretextos para promover y fomentar el odio hacia las trabajadoras sexuales y también para abrirle paso a inversionistas que le puedan dar su voto de confianza a Ebrard en las próximas elecciones presidenciales” puntualizó Elena de la Red Mexicana de Trabajo Sexual.

“De ninguna manera, hemos aplaudido el operativo realizado por la PGJDF en el callejón de Manzanares, como de manera malintencionada lo mencionó el grupo Reforma el 23 de mayo de este año. Y es que no podemos echarle porras a quien hace uso de la fuerza para despreciar y discriminar a un sector social, ya de por sí bastante violentado por el Estado mexicano y la sociedad civil”, explicaron los integrantes de la mesa directiva de Brigada Callejera.

“Pensamos que no es ético violar las garantías individuales de presuntas víctimas o testigos, haciendo uso de armas largas, prepotencia, mentadas de madre y empujones, para forzarlas a cumplir un mandamiento judicial. Como tampoco es ético, tergiversar declaraciones en aras de vender más periódicos y satanizar a presuntos culpables”, recalcó Jaime Montejo.

Si bien es cierto que apenas estamos conociendo algunos detalles del operativo de Manzanares, las servidoras públicos del GDF que participaron en el operativo como Juana Camila Bautista y quienes lo ordenaron, no han tenido la vocación humana, ni sus mandos superiores la voluntad política de ofrecer a las trabajadoras sexuales un trato digno y respetuoso que no de pie a dudar de las intenciones humanitarias de dichas actuaciones policíacas.

Operativos policíacos, generan efecto cucaracha entre los padrotes

PREVALECIERON PLANTEAMIENTOS HIPÓCRITAS

EN EL CONGRESO CONTRA LA TRATA DE PUEBLA

*Las iniciativas condenadas al fracaso desde antes de empezar

*Algunas mujeres de ser víctimas han pasado a liderear acciones

*Criminalizadas las trabajadoras sexuales

Por Elvira Madrid y Jaime Montejo, corresponsales en Puebla de la Agencia de Noticias Independiente Noti-Calle, 24 de septiembre de 2010.- Los días 21 a 24 de septiembre se llevó a cabo el “2º Congreso latinoamericana sobre trata, tráfico de personas, migración y derechos humanos” en las instalaciones de la Universidad Iberoamericana de Puebla (UIAP), donde se dieron cita más de 500 personas, hombres y mujeres entre funcionarios públicos, academia, ONGs y un reducido número de activistas sociales que realizan trabajo de calle, para escuchar y tomar nota de 376 exposiciones.

Las dos ausencias más notables fueron la de trabajadoras sexuales por México y Bolivia, ya que sólo asistieron como ponentes en paneles simultáneos, dos mujeres y ningún trabajador sexual o transgénero, cuya presentación fue saboteada por abolicionistas que pretendían “reventar la sesión”, a juicio de Lucía Mendoza, estudiante de la UIAP que presenció el alegato descalificador, fuera de protocolo.

Tampoco participó ninguna sobreviviente de la trata y explotación sexual. El discurso hegemónico del Congreso fue el abolicionista, que acaparó el 97% de los tiempos de disertación en manos de un sector liberal del feminismo, organizaciones católicas de derechos humanos, académicos y financiadoras que han impuesto este enfoque reduccionista desde la Organización de las Naciones Unidas (ONU), y se niegan a reconocer la autodeterminación de las mujeres adultas que se ganan la vida en la industria sexual, muy acordes en el caso de México, con la política calderonista de combate al crimen organizado, declaró María Luisa Estrada, maestra de la UNAM que asistió como oyente al evento.

Dicho discurso abolicionista, considera a todas las mujeres adultas “prostituidas”, víctimas de trata de personas con fines de explotación sexual y parten de la hipótesis de que quienes no se perciben así mismas como víctimas del delito, no lo asumen por un mecanismo psicológico de protección ante la violencia de que son objeto o porque su condición cambió a la explotadora.

Cecilia Ruiz de FLACSO Ecuador, habló de la gran confusión conceptual entre trata, tráfico, explotación sexual y prostitución forzada. Oscar Castro Soto, Secretario del Congreso, puntualizó que hay un punto de acuerdo entre muchas divergencias en torno al tema y es el ejercicio del poder sobre unas personas en el fenómeno social de la trata. Sin embargo, añadió que hay múltiples interpretaciones, antiguas divergencias y discusiones estériles que empantanan la discusión.

Pese a que la totalidad de las disertaciones del Congreso giraron en torno a la promoción de políticas públicas, exigibilidad de derechos y mayor financiamiento, el argentino Alberto M. Bialokowsky, Presidente de la Asociación Latinoamericana de Sociología, reiteró que hay mucha gubernamentabilidad con pocos resultados y según él, “casi se preavisa del fracaso de las intervenciones antes de empezar”.

A pesar de la tendencia muy marcada de posicionar el fenómeno de la trata de personas, como un hecho social que nace con la globalización económica capitalista, iniciada en los ochentas a la caída del socialismo real de la URSS y estados europeos asociados; la afro-haitiana Guylande Mesadieu, disertó sobre el hecho de que “la migración es una fuerza histórica que ha construido al mundo”.

Mientras que para Fernando Ruiz Souza Campos, la migración es el fenómeno del milenio. Por su lado, Milena Grillo de la Fundación Paniamor de Costa Rica, consideró que la explotación sexual, en un tema antiguo en la región, de atención reciente. Ana Silvia Monzón de Guatemala, enfatizó que las mujeres “han sido estructuralmente migrantes” y no sólo en determinadas coyunturas y que de ser víctimas han pasado a liderear acciones, situación notable a su parecer en las movilizaciones masivas de migrantes del año 2006 en Estados Unidos.

Es el caso de las mujeres ocupadas en la industria del sexo, que como lo señaló Evelia Yucra Asilo, Presidenta Nacional de la Organización de Activistas por la Emancipación de la Mujer de Bolivia, “Nos hemos autodeterminado trabajadoras sexuales, dejando de ser víctimas y reconociendo que la trata genera violencia y contra ella luchamos. Planteamos no ser sólo espectadoras y dejar la hipocresía de un lado.”

Claudia Jiménez del Observatorio de Violencia de Género del Distrito Federal (D.F.), México, comentó que “estamos ante una realidad donde los tratantes están insertándose en estructuras de gobierno, incluso a nivel de presidentes municipales”, como es el caso de Arturo Romero Rojas, Presidente Municipal de San Miguel Tenancingo, pueblo emblemático de padrotes, que ha sido denunciado públicamente de prometer protección a lenones y proxenetas del lugar.

Oscar Montiel, autor entre otros del libro “Trata de personas: padrotes, iniciación y modus operando”, explicó que con los operativos policíacos en el D.F. y Puebla, se crea el efecto cucaracha y siguen actuando con toda impunidad. Al respecto, Mario M Santillo, editor de la revista “Estudios Migratorios Latinoamericanos”, expuso que “tener leyes estrictas en materia de migración, obliga a las personas a evadir dichos controles”, criminalizando a quienes tienen que desplazarse fuera de sus países de origen y haciendo clandestina dicha migración.

Dilcya Samantha García, Sub-procuradora de Atención a Víctimas del Delito de la Procuraduría General de Justicia del D.F. (PGJDF), presumió que de diciembre de 2009 a la fecha han sido detenidos y consignados al reclusorio 87 padrotes procedentes de Tlaxcala y que todas las sexoservidoras (sic) capitalinas, son consideradas víctimas e invitadas a cambiar de vida.

No obstante, la funcionaria omitió decir que para las servidoras públicas de reclusorios, las reclusas se prostituyen por su cuenta, sin que nadie las obligue, además de olvidar que los operativos de la procuraduría en Tlalpan, Buenavista y La Merced, están inspirados en la concepción de limpieza social de Giulianni, el ex alcalde de New York promotor de la Cero Tolerancia que criminaliza a quienes viven y trabajan en la calle por generan ambientes propicios para la delincuencia y de paso favorece proyectos inmobiliarios, turísticos y del gran comercio nacional en dichas zonas del D.F. en México.

Marcela Lagarde de México, Presidenta de la Red por la Vida y la Libertad de las Mujeres, afirmó que el piso de la trata está en la pobreza, el hambre, la falta de oportunidades y la violencia de género y que la discusión sexual está en el centro de la dominación de género que ha hecho de las mujeres objeto de cosificación sexual. Del mismo modo, Teresa Ulloa de la Coalición Regional contra el Tráfico de Mujeres y Niñas en América Latina y el Caribe A.C. de México, manifestó que las víctimas de esclavitud sexual dejan ganancias anuales en el país por 7 millones de dólares de los cuáles también se benefician representantes de personas en contexto de prostitución. Así mismo, reveló que en Durango llegan narcotraficantes a las secundarias y se llevan a las estudiantes, motivo por el cuál muchas niñas ya no quieren estudiar por el temor a ser desaparecidas.

María Antonia Chávez Gutiérrez, co-autora del libro “Tolerancia Cero” sobre explotación sexual comercial infantil en Guadalajara, Jalisco, México, denunció la complicidad de las autoridades con la trata y explotación sexual infantil. Igualmente, la opción del Seguro Popular para la población callejera que no resuelve sus problemas de salud y es como una aspirina. A la par, evidenció que con la Operación Rescate del ayuntamiento, la policía municipal sólo intentó posicionar el tema en los medios para mostrar que hacen algo, cuando violentan la dignidad humana de las mujeres del contexto del sexo comercial.

Mónica Gijón Casares de la Universidad de Barcelona, proclamó que hay diferentes formas de vivir la prostitución como trabajo autónomo o como víctimas de trata y que muchas veces las mujeres sólo necesitan un acompañamiento puntual. Por su parte, Janice G. Raymond de la “Coalition Againt Traffickin in Women” de Estados Unidos, recordó que “no es suficiente darle condones a las víctimas, hay que ofrecerles alternativas para salir de la prostitución”.

Propuso que México adopte leyes que castiguen a quien publique avisos de contactos sexuales en medios de comunicación y castigar a clientes, filmarlos, ponerlos en página web, exhibirlos en espectaculares, tal y como lo ordenó el DIF municipal de Guadalajara, donde uno de los clientes de una trabajadoras sexual autónoma, fue balconeado en primera página y en la televisión, al igual que doce compañeras suyas, según lo ratificaron las afectadas ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Jalisco.

Jonas Trolle, Director General de la Policía Nacional de Suecia, ostentó el llamado modelo sueco donde “el comprador de sexo está en la mira”, se castiga al cliente con pequeñas multas o seis meses de prisión, pero queda con antecedentes criminales. Además, anunció que “la trata y la explotación sexual, prodigan las mayores ganancias, con los menores riesgos”.

Premisa fundamental bajo la cuál opera y se reproduce el sistema económico basado en la acumulación de capital, a través de la explotación económica de la clase trabajadora. A juicio de Raúl Páramo Ortega, quien por cierto no asistió a este Congreso, esta situación hace ver a las campañas policíacas y preventivas del narcotráfico y las adicciones que genera, como estrategias condenas al fracaso.

A este tenor, la Red Mexicana de Trabajo Sexual, ha opinado en sus múltiples publicaciones, que las campañas contra la trata y la explotación sexual, ineludiblemente están mostrando sus grandes limitaciones en sus intentos por terminar con la prostitución, que lo mejor a lo que podemos llegar es a paliar los efectos del sistema económico o a mitigar los daños entre las poblaciones afectadas por la trata y la explotación sexual infantil y adulta.

Ana María Martínez Yerga de “Save the Children” España, alegó que “el abordaje de la noticia sobre trata y explotación sexual, es poco ético”, al difundir los rostros de las víctimas y estigmatizarlas aún más. José Capellán de Casa Alianza Honduras, afirmó que “los gobiernos hacen grandes declaraciones e instrumentan grandes traiciones a la infancia”. De igual forma, hizo notar a la audiencia que no se tocó el caso de niños trans y homosexuales. En tanto, Raquel Pastor del Centro de Derechos Humanos Antonio Montesinos, condenó en la clausura del Congreso, los actos represivos y de persecución contra quienes denuncian trata y explotación sexual.

Magdalena Bermudes, estudiante de la UAM Xochimilco, refrendó que “los proyectos presentados en el Congreso, van en el sentido de hacer funcionar al sistema, no de luchar para transformarlo, situación para la cuál no hay dinero ni ONGS”. A juicio de Amanda, trabajadora sexual que labora en uno de los hoteles de Puebla, “lo que busca la gente bien que asistió al Congreso, es dejar sin cabeza a los grupos de trabajadoras sexuales, al hacerlas ver como delincuentes y vividoras. De esta forma evitan que contaminemos sus conferencias y así pueden imponer sus represiones”.

Por su parte, a Elvira y Jaime, que asistimos al Congreso con nuestros propios recursos, reporteros comunitarios que difundimos esta pequeña síntesis del Congreso, nos queda claro que las madrotas, padrotes, lenones, proxenetas y tratantes, no sólo están en las calles y burdeles de la industria sexual, sino también en la academia, las agencias de cooperación internacional las ONGs, el feminismo liberal y el catolicismo progresista “pro derechos humanos”, que literalmente “viven de explotar la prostitución ajena de niñas, niños, adolescentes, mujeres y hombres” de todas las condiciones sociales.

Raúl Zibechi

La alianza entre indios zapatistas, trabajadoras sexuales y travestis enseña la potencia del cambio social en clave cultural, anclado en la vida cotidiana. En México, uno de los eslabones fuertes del patriarcado y del machismo más prepotente, el Subcomandante Marcos abrió las puertas al debate sobre la discriminación en un tema urticante.

¿Qué sentido tiene en la lógica revolucionaria clásica, recorrer miles de kilómetros para reunirse en un remoto poblado con un puñado de putas y travestis? ¿Qué pueden aportar tales alianzas para potenciar la «acumulación de fuerzas», tarea central de los políticos profesionales? Parece evidente que desde una mirada anclada en la relación costos-beneficios, semejante esfuerzo debe ser condenado por inútil. Sin embargo, el Subcomandante Marcos se empeñó desde enero del año pasado en realizar ese tipo de encuentros en el marco de La Otra Campaña, en el entendido de que se trata de buscar nuevas formas de hacer política. Y que ello pasa por espacios alejados del mundanal ruido y con actores que, como los indios, entienden el cambio social como afirmación de la diferencia.

Brigada Callejera de Apoyo a la Mujer es el colectivo mexicano que ha sido capaz, en los últimos quince años, de tejer una amplia red de trabajo social con prostitutas y travestis, denominada Red Mexicana de Trabajo Sexual. Eso implicó superar el papel de víctimas y convertirse en sujetos que buscan ser reconocidos como trabajadores por sus pares y no como seres que han «caído» en el oficio más viejo del mundo por ignorancia, pobreza o sumisión. Un breve recorrido por sus emprendimientos revela la profundidad de un trabajo emancipatorio.

Educación, clínicas y condones

Una característica diferenciadora de la Red es que no quieren depender del Estado, aunque le formulan constantes reclamos. Brigada comenzó su trabajo hace 15 años en base a un grupo de sociólogos egresados de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). El pequeño núcleo inicial—Elvira Madrid, Jaime Montejo y Rosa Icela—comenzó a tejer una red que hoy alcanza 28 estados de la federación. Con el tiempo eligieron trabajar de modo horizontal, pero no por motivos ideológicos. «El gobierno cooptó a muchas coordinadoras estatales, una práctica habitual en la cultura política de este país, y entonces vimos que lo mejor es el trabajo horizontal, de carácter asambleario y tratando de no tener representantes», apunta Elvira.

La Red alentó a las mujeres a formar cooperativas para eludir la dependencia y hacerse dueñas de sus fuentes de trabajo. Alquilaron hoteles y repartieron las ganancias entre las socias. Los primeros fueron los travestis quienes formaron la cooperativa Angeles en Busca de Libertad. «Los hoteles cooperativos funcionan en varios estados pero algunos fracasaron porque las socias terminaban reproduciendo los mismos patrones de conducta contra los que se estaban organizando», comenta Rosa.

Pero el proyecto estrella, el más apreciado por las trabajadoras, son las clínicas. Ya funcionan dos en el Distrito Federal, son autogestionadas y gratuitas. Nacieron por la discriminación y la corrupción de los organismos estatales que sólo les extendían el carné correspondiente a cambio de una coima. Además, señala Elvira, «tenían temor de los análisis porque podía significar la pérdida de sus ingresos, ya que cuando una chica tiene SIDA hay gobiernos estatales que ponen su foto en los hoteles para que no les alquilen cuarto». Por el contrario, en las clínicas de la Red los análisis son voluntarios y confidenciales, pero hacen siempre hincapié en la educación. «La mayor parte de las trabajadoras sexuales son analfabetas y muchas son indígenas. Por eso dedicamos la mayor parte de nuestros esfuerzos a la formación, a tal punto que la mayoría de las que participan en la Red son promotoras de salud para que hagan formación entre sus pares, que es mucho más efectiva».

Las clínicas, una de ellas situada en pleno centro de la ciudad, en la misma «zona rosa», hacen análisis de papanicolau y colposcopías y también electrocirugías porque, como dice Rosa, «en México el virus de papiloma humano provoca más muertes que el VIH». Mientras los ineficientes hospitales públicos demoran hasta dos meses en atenderlas y hasta un año en hacer la cirugía, en las clínicas de la Red tienen los resultados en apenas una semana.

Las prostitutas y los travestis parecen entusiasmados con «su» clínica, a la cual a menudo llevan a sus parejas y algunas arrastran a sus clientes. «La parte principal de nuestro trabajo es el respeto, no cuestionamos porqué se infectaron sino que nos concentramos en educar para que no les vuelva a pasar, para que no sean pacientes, para que lleguen a ser activas en el cuidado de su salud», dice ahora Elvira. La asistencia se completa con un programa de alimentación para las de menores recursos o que por alguna razón no puedan trabajar, un programa de apoyo escolar a sus hijos y otro para que las madres terminen la escuela.

Los proyectos de la Red se financian con el «mercadeo social de condones». Los preservativos se venden a precios diferenciales según la capacidad o el compromiso de los consumidores, y representa el 85% de los ingresos de la Red. No tienen asalariados y los únicos que cobran por su trabajo son los médicos. «No estamos de acuerdo con el trabajo sexual, pero existe y va a seguir existiendo. Y mientras tanto tenemos que hacer algo. Fuimos un grupo abolicionista pero luego vimos que no se trataba de salvar a nadie sino de trabajar juntos», interviene Jaime. Para las que buscan otras alternativas, han creado un área de proyectos productivos entre los que destacan artesanías, producción y venta de ropa, y condonerías. Aunque algunos proyectos se han mostrado inviables, en la medida que las familias colaboran consiguieron que dos tercios de los emprendimientos sigan en pie.

Un manual en la selva

En 2004, los miembros de Brigada Callejera entraron en contacto con el Colectivo de Salud para Todos y Todas, estudiantes universitarios que coordinan proyectos de salud en los municipios autónomos zapatistas en Chiapas. Durante dos años trabajaron con un grupo de promotores de salud de las comunidades, indígenas designados por sus vecinos para especializarse en la asistencia sanitaria. «Uno de los primeros retos fue romper el miedo a las supuestas resistencias culturales sobre el tema de la anticoncepción, los derechos sexuales y las infecciones de transmisión sexual», relatan.

Durante esas consultas y talleres decidieron los temas que abordaron luego en la elaboración de un manual de largo y denso nombre: La Otra Campaña de Salud Sexual y Reproductiva para la Resistencia Indígena y Campesina en México. A lo largo de 270 páginas, este texto repleto de ilustraciones destinado al trabajo con mujeres indígenas, recorre temas habituales como anatomía y fisiología de los órganos de reproducción, uso de anticonceptivos, embarazo, infecciones de transmisión sexual y otras enfermedades. Y también hablan de aborto, aunque los catequistas lo condenan. «Samuel Ruiz, un hombre muy cercano a los indígenas, cuando los zapatistas despenalizaron el aborto recorrió las comunidades diciendo que es crimen», recuerda Jaime.

Pero hay módulos embebidos de diversas corrientes de salud alternativa. Uno de ellos está dedicado a la «autonomía corporal de las mujeres», que pasa por la educación para prevenir enfermedades, elegir cuántos hijos quieren tener y al disfrute de la sexualidad (un tema casi tabú entre los indígenas). La autonomía del cuerpo supone, según este manual, la exploración de los sentidos, la conexión con el lenguaje corporal y las diferentes reacciones del cuerpo en situaciones extremas. Exploraciones que pasan por masajes colectivos y automasajes estrechamente vinculados a una concepción holística de la salud y la curación.

Día Nacional del Trabajo Sexual: Contra la violencia sexista

Los crímenes y agresiones contra trabajadores sexuales son cosa de todos los días. El 11 de julio de 2006 un grupo de militares violó a 14 bailarinas en Castaños, Coahuila, sin que hasta ahora se haya castigado a los responsables. En el barrio La Merced, en la Ciudad de México, en sólo 15 días de julio del año pasado fueron asesinadas cuatro trabajadoras sexuales.

Al conmemorarse el primer aniversario de la violación masiva de Castaños, la Red Mexicana de Trabajo Sexual comenzó a celebrar el Día Nacional del Trabajo Sexual como forma de llamar la atención sobre la violencia y discriminación que sufren las prostitutas y los travestis. Un informe de la Red manifiesta su rechazo a las «zonas de tolerancia» implantadas en varias ciudades, ya que «son un sistema de control que legitima la explotación sexual, económica y sicológica de menores y adultas vinculadas al sexo comercial». Sin embargo, la Red asegura que luego de siete años de monitoreo encontró que entre las principales violaciones a las trabajadores sexuales se encuentran las desapariciones forzadas y los secuestros de sus hijos que son explotados sexualmente.

La elaboración de este manual supuso vencer no pocas resistencias. En cuanto a la planificación familiar, aparecieron tres, bien diversas, vinculadas a experiencias concretas de las comunidades: los esquemas gubernamentales de planificación familiar de carácter represivo y autoritario; la prohibición religiosa de la anticoncepción; y «la postura guerrillerista de poblar la tierra con cada hijo guerrillero». Desde tres ángulos diferentes, las tres pasaron por alto la voluntad de las mujeres. El manual se está utilizando por los cientos de promotores que trabajan en decenas de clínicas construidas por los zapatistas, en más de una década, en las mil comunidades que los apoyan.

En contra de lo que pensaban al comienzo de su trabajo, cuentan Elvira y Rosa, las mujeres de las comunidades de la selva Lacandona estaban ávidas de anticonceptivos. Y poco a poco se van abriendo a otros temas. «Nosotras trabajamos la promoción de salud sexual y reproductiva como una práctica de libertad y no como imposición o prohibición. Por eso también trabajamos el respeto a las personas homosexuales, lesbianas, bisexuales y transgénero. No es fácil, pero se empiezan a ver parejas de chicos caminando de la mano en su comunidad. O mujeres que toman la decisión del divorcio cuando antes del zapatismo eran los padres los que les elegían marido. Esto es cambio social, y vaya qué cambio».

¿Pueden los travestis cambiar el mundo?

¿Y los indios? Hace medio siglo uno de los fundadores del llamado «socialismo científico», que era en realidad un romántico empedernido, escribió que los proletarios podían cambiar el mundo porque no tenían nada que perder «salvo sus cadenas». Hoy, los herederos de aquellos proletarios se muestran remisos a la hora de perder privilegios como el trabajo fijo y la jubilación, rechazan pagar impuestos y hacen huelgas para evitar que se les aplique el impuesto sobre la renta.

En este sentido, el propio Marcos da una pista en su epílogo del manual, al desnudar cómo la alianza entre salud y sexo es uno de los núcleos duros del control social. «El capitalismo convierte la salud en una mercancía y los administradores de esa salud, médicos, enfermeros, enfermeras, y todo el aparato de hospitalización o de distribución de la salud se convierte también en una especie de capataz de ese negocio y convierten, en efecto, al paciente en un cliente al que hay que sacarle lo mayor posible de dinero sin que esto implique necesariamente que va a tener más salud». No parece casualidad que, en ese camino por romper dependencias, los zapatistas se hayan topado en el terreno de la salud con prostitutas y travestis organizados, grupos que se han visto forzados a tomar en sus manos el control de la salud. Así mirados, unas y otros pertenecen a la categoría de los «desechables», que apenas tienen cadenas, materiales y simbólicas, que perder.

Cuestión de encanto

La venta de condones es la principal fuente de financiación de los diversos proyectos de la Red Mexicana de Trabajo Sexual. La elección del tipo de preservativo así como el diseño y la elección del nombre, corrieron por cuenta de prostitutas y travestis, como forma de apropiarse del instrumento de trabajo y protección.

«Cuando empezamos con el programa de prevención del sida—recuerda Elvira—nos dimos cuenta que el precio era el principal problema. Para las mujeres mayores gastar 25 pesos en un condón era invertir casi todo lo que cobraban del cliente». Primero buscaron donaciones del Estado, que a través del organismo dedicado a la lucha contra el SIDA (CENSIDA) les donaba 60,000 preservativos todos los meses. «Pero cuando empezamos a denunciar casos de corrupción nos bajaron a 3,600 condones».

Comenzaron a visitar diversos distribuidores y fabricantes y se encontraron que, al revés de lo que indican las supuestas leyes del mercado, al comprar en cantidad los precios aumentaban. Contactaron con un fabricante que aceptó venderles al mismo precio que a las farmacias y demás distribuidores. «Casi nos caemos de espaldas. Nos vendía el condón a 75 centavos pero en las farmacias lo venden a 12 pesos, o sea 15 veces el precio de costo», dice Elvira.

La Red comenzó a distribuir los condones a un peso, y con esa ganancia consiguen subvencionar casi todos los emprendimientos, pero en particular las clínicas que consumen el grueso de sus recursos. «Antes de ponerlo en venta hablamos con las compañeras, hicimos talleres para ver cómo lo querían, porque había condones que olían muy mal, o irritaban porque contenían sustancias dañinas. Ellas mismas le pusieron el nombre El Encanto, en un proceso de debate de tres meses donde cientos de trabajadores y trabajadoras sexuales elegieron entre 20 nombres». El nombre debía ser atractivo para el cliente y para ellas mismas. Actualmente venden tres millones al año.

Pero las travestis (las vestidas como las denominan aquí), decidieron no usarlo porque no se ajustaba a sus necesidades. «Decían que es muy fino y tenían razón, porque estaba diseñado para uso vaginal y se les rompía». Consiguieron un condón más fuerte y con más lubricante e iniciaron el mismo debate que con las prostitutas. Finalmente decidieron poner en el sobre el arcoiris que representa la diversidad sexual y un triángulo rosado. «Eligieron el nombre Triángulo porque es el símbolo con que los nazis estigmatizaba a los homosexuales y de ese modo lo adoptaron como homenaje», dice Elvira.

Con el condón femenino fracasaron. Hace varios años comenzaron a importarlo desde Inglaterra hasta que una empresa trasnacional descubrió que el mercado mexicano estaba creciendo y les quitaron la distribución. En efecto, se trata de un mercado muy monopolizado. «Mientras en el mundo existen 67 fábricas de condones, hay una sola de condones femeninos. Tendremos que esperar a que aparezca la competencia», ironiza Elvira.

El Encanto tiene en el Subcomandante Marcos a su anunciante más célebre. En México existe una larga experiencia de «ferias del condón» y «condonerías». El noviembre de 2005 se celebró en la céntrica plaza del Zócalo, la 50ª. Feria Nacional del Condón y en varios estados se realizan ferias locales de carácter anual que recogen fondos para las organizaciones vinculadas al trabajo sexual. Hace poco tiempo estrenaron la primera «condonería virtual» que puede visitarse en www.elencantodelcondon.com

– Raúl Zibechi es analista internacional del semanario Brecha de Montevideo, docente e investigador sobre movimientos sociales en la Multiversidad Franciscana de América Latina, y asesor a varios grupos sociales. Es colaborador mensual con el Programa de las Américas-

Fuente: Programa de las Américas
www.ircamericas.org
http://alainet.org/active/20961%E2%8C%A9=es